El prometedor inicio de liga del Real Zaragoza hacía augurar que este año podía ser, por fin, el del regreso a la máxima categoría. Sin embargo, lejos de esta realidad, el equipo de Luis Milla se sitúa en la mitad baja de la tabla y con la mirada puesta en huir rápido de la zona roja. Las elevadas expectativas y el ilusionante comienzo liguero se han borrado de la mente de los espectadores maños tras la negativa racha de resultados que acumulan en los últimos cinco partidos: 3 derrotas y 2 empates.

Tras superar, en cierto modo, la crisis institucional provocada por la nefasta gestión de su ex presidente Agapito Iglesias, el club recuperó cierta estabilidad y consiguió llevar a cabo un proyecto deportivo con un objetivo claro: el ascenso. Sin embargo, éste no termina de dar sus frutos, ya que estamos ante la cuarta temporada consecutiva del conjunto maño en la categoría de plata y, de momento, el ansiado ascenso no se ha conseguido, a pesar de acariciarlo en las dos últimas temporadas.

En lo que respecta a lo que llevamos de curso, el conjunto de Luis Milla ha dado muestras de debilidad y eso ha conllevado a caer en la clasificación hasta la actual decimocuarta posición. La irregularidad, la escasa solvencia defensiva (es el equipo más goleado de la categoría junto al Elche C.F.) y la falta de competitividad como visitante han hecho que el Real Zaragoza se sitúe lejos de las posiciones de cabeza. Y es que el conjunto de La Romareda cuenta por derrotas sus partidos fuera de casa.

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www.marca.com/ Lamentos de los jugadores zaragocistas tras su derrota en casa frente al Elche C.F.

Debido a la complicada situación deportiva que vive el conjunto maño, han surgido las primeras dudas en torno al proyecto de Luis Milla, que el domingo se juega notablemente su puesto visitando a otro conjunto que se encuentra en una situación similar: el Real Valladolid de Paco Herrera. Ambos conjuntos tienen un partido vital para sus posibilidades, o mejor dicho para la supervivencia de sus técnicos en el banquillo, ya que ven, jornada tras jornada, que el juego del equipo no termina de convencer, las sensaciones no son las esperadas y la impaciencia de los aficionados comienza a sentirse presente.

Además, la actual (y demostrada) falta de paciencia y confianza en los proyectos deportivos hace pensar que pronto podemos estar ante la tercera destitución de la temporada en La Liga 1,2,3, tras el cese de Juan Eduardo Esnáider por parte del Getafe y el inesperado e injustificado despido) del rumano Cosmin Contra (ya que tuvo lugar tras el pase de ronda en Copa). Veremos si Luis Milla será el siguiente en rellenar la lista de cesados, pero de lo que no cabe duda es que las cosas deben mejorar en el equipo aragonés si verdaderamente quieren regresar a la máxima categoría. De momento, gran parte de este trabajo pasa por mejorar en labores defensivas, ya que un equipo con grandes aspiraciones no puede encajar tantos goles, y por pasar a ser un rival verdaderamente competitivo fuera de casa. Si el entrenador es capaz de resolver estos problemas, se acercará a los objetivos propuestos y muy posiblemente conseguirá acabar con el complicado dilema del ascenso