«Entrenador nuevo, victoria segura». Un dicho bastante famoso dentro del mundo del fútbol. Un cambio de entrenador supone un cambio en la mentalidad del equipo y de los jugadores, ya que muchos ven la posibilidad de empezar a jugar más porque todos empiezan, teóricamente, de cero. Por ello, salen con más ganas, con garra, con ansias de hacer un buen papel en el terreno de juego y que el nuevo míster cuente contigo.

Noticia mala para el Mallorca: su último partido del año es en casa del Numancia

En el Mallorca, todo lo expuesto en el primer párrafo, no existe. Bueno, sí que existe, pero duró los primeros quince minutos del partido ante el Almería. Tras un buen inicio de partido, los fantasmas parece que volvieron a hacerse notar. Con un once con varias sorpresas -Dalmau y Pol Roigé eran titulares- el Mallorca no sonsiguió dar una cara distinta a lo que veíamos con Vázquez al frente del equipo.

Es más, con esta nueva derrota, el Mallorca ya está en puestos de descenso y ve, casi al cien por cien, nula la posibilidad de luchar por entrar al play-off. Sí, otro año más el Mallorca y luchará por el mismo objetivo: no bajar a Segunda B.

Noticia buena para el Mallorca: llega el mercado de invierno

Y es que el conjunto bermellón vuelve a los puestos de descenso tras diez jornadas. Jornadas en las que el equipo no ha estado en dichos puestos no por méritos propios, sino por fallos del rival. Sin embargo, hemos llegado al punto en el que el conjunto balear tiene que cambiar sí o sí.

Olaizola no hace milagros. El vasco ha cogido el timón de un equipo que parece no tener las ganas suficientes para sacar esta situación adelante. El nuevo entrenador bermellón quiere garra y entrega por parte de sus jugadores, pero en el último partido sólo vi (bajo mi punto de vista) a Brandon dejarse el alma en cada balón. Esto es lo que hay que cambiar. El compromiso tiene que ser máximo.

El objetivo que se tenía que haber marcado desde el principio de temporada es el de la permanencia.

No aprendemos de los errores.

Último partido del año y el mercado de invierno. El Mallorca tiene una noticia buena y otra mala. La mala es que la semana que viene termina el año jugando en casa del Numancia. Una derrota allí puede dejar al equipo tocado (y casi hundido). Por suerte, Los Reyes Magos vienen a la isla y con el billetero en la mano, Molango puede traer pólvora para la segunda parte de la temporada (jugada que le salió bien el año pasado, cuando trajo, entre otros, a Lago Junior y Ortuño). Jugadores nuevos, que tengan ganas de dejarse la piel y que intenten salvar, de nuevo, al Mallorca de no descender.