Un quiero y no puedo para el Getafe. Un quiero, puedo y disfruto para el Baleares. Así se podría definir un partido en el que no se notó la diferencia de categoría.

El Atlético Baleares demostró una personalidad impropia de un equipo de 2°B ante un conjunto de dos categorías superior. Atrevidos, con las ideas bien claras y dispuestos a competirles de tú a tú al Getafe se plantaron en la Ciudad Deportiva del club azulón.

Bien pronto mostraron sus ideales los visitantes con un pase en profundidad para Gerard Oliva que finalizó en penalti al intentar driblar al portero local, que , por otro lado, no tuvo su mejor tarde. Allá estuvo Xisco para anotar la pena máxima a los cuatro minutos de partido. Parece que esto sirvió para espolear al conjunto de Bordalas, que diez minutos después logró el empate con una combinación entre Portillo y Jorge Molina, combinación de oro que valió un ascenso la temporada pasada.

Con el gol getafense, el partido se convirtió en un intercambio de golpes en el que el conjunto balear salió victorioso. Pudo adelantarse el Getafe antes con un penalti sobre Álvaro Jiménez que erró Jorge Molina y con una internada por la banda derecha de Molinero tras una brillante triangulación con Molina y Chuli. Sin embargo, fue el Atlético Baleares quien se puso por delante en el marcador aprovechando una falta de entendimiento entre Manolojvich y Cata Diaz, que acabó con un ridículo gol en propia puerta del argentino.

Ese gol término de noquear al conjunto de Bordalás en los quince minutos que quedaban para el descanso y lo aprovechó Xisco, ¡como no!, para poner el definitivo 1-3 justo un minuto antes del descanso.

Con este resultado, Bordalas cambio casi por completo el equipo e intentó mejorar su imagen tras la reanudación. Con Gaku entre líneas y Mora comandando la sala de máquinas el partido se empezó a jugar en campo rival pero sin conseguir el fruto necesario. Mérito grande tuvo el arquero del conjunto balear que desbarató hasta cinco ocasiones de gol y se permitió el lujo de levantar los aplausos de la grada con un regate en el área pequeña a Ángel Rodríguez.

Ni Gaku ni Ángel ni la posterior salida de Portillo sirvieron para sobrepasar la muralla del conjunto balear, que se marcha de Getafe muy reforzado y le da un toque al «Geta» para que no se relaje en su regreso a la Primera División.