Nadie dijo que ascender a Primera División fuera una tarea complicada. El RCD Mallorca tendrá que tirar de épica para remontar la eliminatoria tras perder en Riazor 2-0. El Deportivo de La Coruña, con goles de Fede Cartabia y Quiqu, ha dado un paso muy importante para conseguir el ascenso. Sin embargo, aún queda el partido de vuelta. Los bermellones, eso sí, deberán mejorar mucho si quieren competir y tener opciones reales de remontar. El partido ha sido malo, sin intensidad, con el efecto colateral de la expulsión de Pedraza y jugando toda la segunda mitad con uno menos. Los bermellones no han disparo entre los tres palos en ningún momento. Y solo han creado cierto peligro al inicio del encuentro y en lo últimos instantes con el 2-0 ya en el marcador. Conseguir un ascenso no es nada fácil, por eso el Dépor sabe que este domingo en Son Moix tendrán un partido complejo donde el Mallorca, repitiendo el resultado que hoy le perjudica, ascendería.

La primera parte ha estado repartida. El equipo de Vicente Moreno salió mejor que los gallegos. El dibujo sobre el terreno de juego cambió. El técnico valenciano, consciente de la importancia del partido, apostó por un sistema más conservador y cambiando a Lago Junior de banda. Dani Rodríguez se puso en la izquierda y el costamarfileño en la derecha. Leo Suárez jugó de líbero, aunque los tres jugadores mencionados iban rotando de posición. Todo estaba tranquilo para los intereses bermellones: llegaban con cierto peligro y en la faceta defensiva el Dépor no creaba grandes acercamientos. Carlos Fernández era el primero que probaba a Reina sin éxito y, momentos después, Raíllo respondía con un cabezazo que se iba desviado. Con este contexto de igualdad, apareció Fede Cartabia pasada la media hora. Golazo del argentino de falta directa engañando al guardameta bermellón. Si encajar gol no fuese demasiado castigo, minutos después Marc Pedraza vería la roja directa tras una aparatosa -aunque también tras un choque fortuito- sobre Bergantiños que tuvo que retirarse inmediatamente del terreno de juego. Esto pasaba momentos antes de llegar al descanso.

Tras el paso por el vestuario, con el Mallorca ya en inferioridad numérica, el equipo local dio síntomas de clara mejoría no solo por ser uno más, sino por lo bien preparado que tenía Martí este choque. El conjunto mallorquín sufrió mucho durante toda la segunda parte y no conseguía hacer un juego fluido y de toque como nos tiene acostumbrados. Los gallegos, por su parte, estaban cómodos y tuvieron oportunidades de aumentar la distancia en el marcador tras disparos de Carlos Fernández y Pedro Sánchez, ambos atajados por Reina. Tanto insistir, para el Dépor, se tradujo en el segundo tanto local entrando en los últimos diez minutos de partido. Un gol polémico por cómo fue concedido. Y es que tras un centro lateral y un primer remate dentro del área, Quique de medio chilena introducía -o no- el balón en la portería. Gol fantasma. Aunque el línier amagó pitar falta, el colegiado dio validez al tanto que ponía a los gallegos 2-0 en el luminoso. En una última intentona del Mallorca por conseguir un balsámico gol, solo Budimir gozó de un disparo que se fue bastante desviado.