No están siendo unas fechas fáciles para ser del RCD Mallorca. Los resultados deportivos en este mes de enero contrastan radicalmente con la primera vuelta que se marcó el equipo de Jagoba Arrasate en LaLiga. Desde que empezó el año, las sensaciones son muy malas. Todo empezó en la Copa del Rey, cayendo en dieciseisavos de final 3-0 ante el Pontevedra, equipo de SegundaRFEF. Poco después tocó superar el mal trago en Arabia Saudí. Más allá de perder 3-0 ante el Real Madrid en las semifinales de la Supercopa de España, todo el foco se centró en el acoso que sufrieron tanto familiares como aficionados mallorquinistas que viajaron con el equipo y en la nula reacción de la RFEF. Ya en el contexto liguero, la situación no ha variado en absoluto: derrotas ante Villarreal y Betis que dejan, eso sí, al equipo de Arrasate aún en sexta posición con treinta puntos.

El mes de enero y el inicio del 2025 quedará grabado en la retina de todos los bermellones. Lo que fue un final de 2024 muy plácido con la llegada de Arrasate y el buen hacer del equipo, se ha disipado en poco tiempo. Las cuatro derrotas han hecho mucho daño. Cada una en su propio contexto y con sus particulares efectos. En Pontevedra por no poder superar a un equipo de la cuarta categoría del fútbol español y con el recuerdo de vivir en Sevilla la final de Copa del Rey. Todo lo de Arabia provocó una inseguridad tremenda, y es que aún se está esperando un duro posicionamiento por parte del club por lo ocurrido ahí. Y ya en Liga, el cómo llegó la derrota en La Cerámica. Durante ocho minutos de partido, el Mallorca recibió cuatro goles. Una imagen nunca antes vista que corroboraba la crítica situación por la que está atravesando el equipo.

La facilidad que tienen los rivales en hacer daño al Mallorca -son once goles encajados en cuatro partidos– contrasta radicalmente con la eficacia ofensiva del equipo. En esos mismos cuatro partidos, los bermellones no han sido capaces de ver puerta. Pero no tiene que ver con la mala suerte, sino con lo mucho que le está costando a los jugadores llegar al área rival. Un defecto que se magnificó contra el Betis. Mientras que la imagen parecía haber mejorado, la falta de puntería y de contundencia frente a la portería visitante confirmó que algo estaba pasando. El Mallorca fue, por muchos momentos, mejor que el equipo andaluz. Pero los Sergi Darder, Dani Rodríguez, Cyle Larin, Vedat Muriqi o Takuma Asano son incapaces de gritar gol en lo que llevamos de año.