Reestructuración obligada para un descenso sin fútbol profesional de por medio. Un reajuste, tanto dentro como fuera del campo, amplio sin distorsionar las principales caras palmarias del fracaso más grande en casi cuarenta años de historia bermellona. Igualmente, el pasado es historia y las decisiones a la hora de confeccionar una plantilla de fútbol no profesional no son fáciles. Jugadores que acaban contrato, futbolistas que no siguen por ofertas superiores casi todas en el extranjero -caso de Héctor Yuste, Culio o Moutinho- y, en el último punto, otros profesionales que se marchan de la que para ellos es su casa en circunstancias complicadas. Muchas de ellas con un poso final agrio.
La salida más sonada es, sin duda, la de Brandon Thomas al Rennes. El de Cala d’Or no pudo rechazar el competir en una categoría superior para progresar en un momento de su carrera en busca de la ambición máxima. Un futbolista tanteado por más equipos en este mercado -el caso del Olympiakos o el Barça B- como el anterior de invierno o el interés del Sevilla hace exactamente un año. En ese momento priorizó el Mallorca en Segunda División para luchar en su escalada a la máxima competición del fútbol español. Sin poder hacer realidad el objetivo e incluso bajar de categoría, el canterano no pudo reprimirse más y buscó el traspaso materializado en tres millones de euros. Una cantidad importante para la entidad balear que ya sabe la totalidad de su destino repartido en dos caminos. Por un lado irá destinado al concurso de acreedores, aun con un montante que abonar a finales de año de alrededor de dos millones de euros y con unos cuantos años más por delante para llevar a cabo su totalidad. Por otro lado, la otra mitad ya se está invirtiendo en completar una plantilla en construcción. A día de hoy, las posiciones más desprotegidas son el ataque y la media. En cuanto al centro del campo, tres son los jugadores que pueden desempeñar este rol. Jonathan Ñíguez, Néstor Salinas y Damià Sabater, aunque el defensa José Ángel puede ocupar la posición de pivote. Sin embargo, Damià Sabater podría dejar el conjunto mallorquín, y así es su deseo, para poner rumbo a un club en la elite. Pero el gran obstáculo ahora mismo es el club, sin ninguna intención de moverlo de la isla.
En otra isla, otro club y otro entrenador pretende al mediocampista bermellón. No es otro que el Tenerife de Pep Lluís Martí, al que ya se interesó en este mercado invernal juntamente con otros clubes como fuera el Real Madrid Castilla. Finalmente, en una acción surrealista de un club profesional, el Mallorca cedió al jugador a un club rival. Habiendo disputado tan solo 459 minutos la pasada campaña con la casaca del Mallorca, puso rumbo a tierras gallegas con el Lugo consiguiendo una mayor regularidad. Entonces, tras la vuelta del futbolista mallorquín después de la cesión, el jugador no se ve un año en la categoría de bronce teniendo la oportunidad de acoplarse a una plantilla superior. El tiempo decidirá pero la situación no está por el camino del jugador.
El caso de Biel Company es de difícil comprensión. El jugador no recibió ninguna oferta en firme por parte del club y no seguirá vistiendo la camiseta del Real Mallorca. Se entiende poco la finalización de contrato de un jugador que estaba dispuesto a seguir en Segunda División B rechazando ofertas más suculentas lejos de la isla. Además, Company detentaba el ADN de pertenencia de club, un valor difícil de encontrar más si hace referencia a un equipo en constantes vaivenes totalmente desfavorables. Si es verdad que el balance de la pasada temporada, concretamente su protagonismo, terminó en cero. Un comienzo con la confianza a ratos de Fernando Vázquez, Olaizola acabó por relegarlo a un segundo plano y con Sergi Barjuan la oportunidad de demostrar ni existió. Biel, en una entrevista para Diario de Mallorca a finales del mes pasado, dejó un mensaje para navegantes: «Se ha perdido esa esencia que había cuando llegué al club y en Primera había siete u ocho jugadores de la isla defendiendo los colores. Esta temporada éramos Brandon y yo y eso, al fin y al cabo, afecta». En la categoría de bronce, el perfil Biel Company no es un activo a desechar.

Las bajas de jugadores mallorquines y mallorquinistas por parte del club también se han consumado en el filial rojillo. Son el caso de One, Tià Sastre y Jaume Valens. El primero, rumbo al filial del Dépor, ha sido un querer y no poder. Las lesiones han podido lastrar la trayectoria pero es injustificable no haber presenciado el debut del canterano con el primer equipo tras media vida en Son Bibiloni. Es más, se hace del todo incomprensible que nombres como el de Hennebole o Coeff hayan estado por delante del central mallorquín. Solo fue convocado con el primer equipo en Miranda de Ebro hace tres temporadas de la mano de Miquel Soler, cuando el primer equipo estaba ya salvado. De no jugarse nada en Miranda a caer en el lodazal absoluto en Anduva.
Tià Sastre también dice adiós forzadamente de la entidad que le ha visto crecer. Un mediapunta siempre con el último pasito para llegar a eclosionar en el primer equipo. Fue hace ya dos temporadas Tià, salió rumbo al Hospitalet en el mercado de invierno, ya que con el filial en Tercera y sin hueco en Segunda no tenía acoplo. Fue el propio Molango quien decidió buscarle una cesión para no verle estancado al confiar en sus capacidades. Ahora es el mismo que la da la puerta de salida.
Tià Sastre: «Maheta sabe mucho de fútbol y seguro que el Mallorca crecerá», https://t.co/DZKjk6h5h4 pic.twitter.com/UbJtooDX2p
— FutbolMallorca (@FutbolMallorca) 3 de febrero de 2016
En cuanto a Jaume Valens, el guardameta no podrá finalmente afianzarse como segundo a las ordenes de Vicente Moreno. El club ha desestimado su continuidad y el portero mallorquín ha fichado por el Lorca de Segunda. Una temporada notable -17 goles encajados- salvando la categoría de bronce y con el sexto mejor resultado de goles en contra de catorce equipos restantes. Una competición repartida en minutos con Miquel Parera, portero también del filial que será esta temporada la segunda opción de Vicente Moreno teniendo como de primero a Manolo Reina, hombre clave y extensión en el campo de Moreno. Además de Miquel Parera, se espera que por ahora sean dos los mallorquines formados en Son Bibiloni piezas importantes en el once: Xisco Campos y Abdón Prats. Asimismo, aparte de Parera, James podría tener protagonismo y siempre está la incógnita de un filial que pueda incorporarse y de la sorpresa. El presente se compone de un equipo en la tercera categoría del fútbol español y con antagonismo de canteranos y mallorquines en sus filas.