La vigesimosegunda jornada de liga en el Grupo III de la Segunda División B ya está aquí y con ella, de la mano, el partido más esperado por toda una ciudad, por toda una isla. El derbi palmesano. La fiesta más grande del fútbol en Mallorca. El Real Mallorca de Vicente Moreno y el Atlético Baleares de Horacio Melgarejo medirán sus fuerzas cuando el reloj marque las doce del mediodía del domingo en el estadio de Son Moix. Serán más que tres puntos los que estarán en juego. Los mallorquinistas buscarán un triunfo que disipe dudas entre su parroquia tras dos meses sin ganar mientras que los balearicos intentarán seguir creciendo y, tras conseguir doblegar al Formentera la semana pasada, respirar otra jornada viendo como los puestos de la zona roja de la tabla quedan, cada vez, más atrás.

Faltan sólo unas horas. El segundo derbi palmesano del siglo XXI está casi a punto para echar a rodar. Y, aunque la realidad de los dos equipos es bien dispar, en un encuentro como este, las sorpresas pueden estar a la orden del día y servirse como plato principal del menú. La diferencia entre los dos equipos es de 23 unidades en la tabla y, aún así, casi no se divisan valientes con fuerza para avanzar o apostar por un resultado segundo. Y, por extraño que parezca, el equipo que tantos puntos de diferencia le saca a su próximo adversario, es el que tiene más dudas en estos momentos.

Seis. Seis son los partidos que lleva el Real Mallorca sin ganar. Una racha de cinco empates y una reciente derrota que, aún que parezca imposible, no ha conseguido arrebatarle el liderato al conjunto bermellón. Parece que todo ha sido el cúmulo formado entre lesiones, dudas, falta de puntería lo que ha llevado al conjunto de Vicente Moreno a sumar sólo 5 de los últimos 18 puntos posibles. Ante este suceso, la dirección del club no se ha quedado de brazos cruzados y ha movido ficha en este mercado invernal para reforzar y dar una marcha más al equipo. Primero fue Álvaro Bustos, luego Salva Ruíz y el último en aterrizar en el aeropuerto de Son Sant Joan ha sido Ariday Cabrera, que llega de la Cultural Leonesa para reforzar la banda por donde, no hace tanto, Ferran Giner y Lago Junior sorteaban rivales y que este mismo domingo puede tener sus primeros minutos, incluso en el once titular.

Por su parte, se podría decir que el Atlético Baleares llega medianamente animado tras sumar una victoria muy importante ante el Formentera en su último partido. Un maleficio de más dos meses y medio sin ganar. Pero, el calvario acabó y ahora toca mirar hacia arriba, si todo sigue el rumbo actual. El Baleares no fue menos que su vecino de ciudad y también jugó sus cartas en cuanto a fichajes. Canario fue la incorporación más importante de Patrick Messow. El ex del Toledo le ha dado alas a los de Melgarejo en a penas dos partidos. Un auténtico avión para apuntalar la zona de ataque, que no ha rendido de la mejor manera posible en lo que llevamos de curso y que se vio gravemente debilitada tras la lesión de larga duración de Xisco Hernández. Veremos hasta que punto los tres puntos conseguidos la semana pasada refuerzan al equipi balearico.

Son Moix sin hueco para un alfiler, dos equipos con hambre y una rivalidad histórica. El dominio de una ciudad, en juego. Todo, en sólo 90 minutos sobre un tapete verde. El partido más esperado por toda isla. El partido más esperado por toda una ciudad. El derbi. Nuestro derbi.