El Atlético Baleares de Horacio Melgarejo no rehuyó en plantarle cara a los locales. Esta vez transmitió la convicción de que Lleida sería un punto y aparte consiguiendo así romper una racha perdedora a domicilio desde el 22 de octubre del año pasado -no fue así, finalmente-. Los jugadores de Melgarejo apostaron rápidamente en nutrir de balones al costado izquierdo capitaneado por un Canario eléctrico, complicando así las tareas defensivas del lateral leridano Leto. Además, las sensaciones siguieron escampando por el verde del Camp d’ Esports de forma efectiva, se reflejó en la figura del debutante Gustavo Alles que, activo, circulaba por toda la zona de ataque aportando la combinación necesaria. En una de estas transiciones iniciada por Canario, Kike López en el otro costado tuvo la oportunidad de centrar, tras una mala salida del meta local, hacia Gustavo Alles y Hugo Díaz.

La energía de los blanquiazules se fue debilitando a causa del sobreesfuerzo realizado en un verde ancho y natural. El Lleida no tardó en achicar a un Baleares sin tanto recorrido. El cansancio balearico fue el equivalente a permitir espacios al rival, cosa que aprovechó el Lleida en una internada por la banda que acabó en remate de Marc Nierga y en posterior estirada de Aulestia. El descanso fue el respiro requerido en un segundo comienzo que reflejó menor laboriosidad e intención atacante de los blanquiazules. Un minuto después del primer cambio del Baleares llegaría el gol y la recomposición de los locales sujetando el encuentro y los de Melgarejo inyectados en el nerviosismo contemplando otro partido más en el dique seco.