El Mallorca avanza a octavos de final de Copa del Rey tras ganar en Ipurúa por 1-2 a la SD Éibar. Una segunda parte sobresaliente de los bermellones hizo inefectivo el 1-0 que cosechaba el Éibar al descanso. Luis García Plaza sacó un once poco habitual en el que entraron Leo Román, Josep Gayà y Javi Llabrés, acompañados por jugadores más experimentados como Salva Sevilla, Dani Rodríguez u Oliván. Jugaron también Sedlar de pivote junto a Salva, Abdón en punta, Russo como central y Sastre en el lateral derecho compartiendo banda con Mboula. Asier Garitano alineó también una mezcla entre titulares y suplentes para enfrentarse al Mallorca.

La primera parte comenzó muy trabada y con pocas apariciones de ambos equipos en campo contrario. Los armeros se hicieron con la posesión, pero no gozaron de oportunidades claras para amenazar a Leo Román más allá de un disparo de Blanco Leschuk que desvió Gayà. El Mallorca estaba más agazapado en su campo y lograba salir de la presión en muchas ocasiones, a pesar de ello al llegar a campo rival se les nublaban las ideas y hubo múltiples errores en pases sencillos de jugadores que usualmente son mucho más precisos. Se llegaba a la recta final de la primera mitad con un Mallorca que a través de Mboula se atrevió más y tuvo unos minutos en los que embotelló al Éibar. Cuando mejor estaba el equipo llegó una buena acción por banda derecha que finalizó Blanco Leschuk con un cabezazo ante el que nada pudo hacer Leo Román. Se adelantaban los locales al filo del descanso para el deleite de Ipurúa.

Para comenzar la segunda parte Luis García sustituyó a Salva Sevilla para dar entrada a Galarreta y a Russo para dar entrada a Valjent. Se notó desde el principio un cambio de mentalidad en el conjunto bermellón y la segunda parte arrancó con un Mallorca volcado en campo rival, muy intenso y que lo intentaba constantemente, ya fuese hilvanando jugadas o mediante tiros de media y larga distancia. LGP, ambicioso, quiso aprovechar el momento y no dudó en hacer otro doble cambio para poner a Ángel y Amath por Abdón y Mboula. Seguía mordiendo el Mallorca a través sobre todo de Javi Llabrés, que completó un partido más que notable. Llegaría el premio en el 68’ tras un córner cuyo rechace cayó en las botas de Llabrés para que el de Binissalem buscase un tiro que encontró a Gayà para que el central la mandase a guardar. Empate que hacía justicia en el marcador. A partir de ahí, impás en el encuentro en el que ninguno de los dos equipos lograba acercarse a área rival. Valjent, que llevaba poco más de 25’ en el terreno de juego tuvo que abandonarlo tras recibir un codazo en el costado que le imposibilitó seguir en el encuentro. Battaglia entró por el eslovaco y Sedlar pasó a ser central. No había mucho riesgo en las acciones ofensivas tanto de Éibar como de Mallorca, al menos hasta el 83’, ahí cogió el balón Javi Llabrés, que firmó su enésima buena acción desde banda izquierda al meterse un poco hacía dentro y meter un centro que era un caramelo hacía Ángel Rodríguez, que sigue de dulce en la competición del KO y para sellar el billete hacía octavos de final, ronda que no pisaban los bermellones desde hace justo una década. El Éibar, con poco fútbol, lo intentó hasta el final, pero una defensa férrea de los mallorquinistas permitió que el equipo llegase al final del encuentro con muy pocos apuros.

Al final victoria merecida para los de Luis García en un partido en el que el equipo se mostró ambicioso y peleón tras otra primera parte mediocre. El Mallorca se planta en octavos de final muchos años después y coge impulso para lo que espera en liga. Hoy nadie podrá decir que el equipo no fue valiente y que la actitud no fue la adecuada.