El Atlético Baleares ve cómo sus oportunidades de salvar la categoría cada vez son menores. Jaume Mut no está logrando dar con la tecla para que el equipo se reencuentre con la victoria, y con solo seis jornadas en juego las posibilidades de estar el próximo año en PrimeraRFEF son muy pocas. Desde que el técnico mallorquín cogió las riendas del Baleares, sí se ha visto un cambio en actitud por parte de los jugadores. Sin embargo, la ineficacia ofensiva está mermando claramente las opciones de salvación. Tras la última derrota en el derbi balear, los blanquiazules continúan en la penúltima posición del GII y a 12 puntos del Sanluqueño, equipo que marca la salvación.

Los blanquiazules cayeron en casa este pasado domingo, ante la UD Ibiza. Todo, tras un encuentro en el que los locales, tal vez, merecieron más. Ferroni, Nuha y Rochina dispusieron de ocasiones muy claras para llevarse los tres puntos -o al menos sumar un punto-, pero el palo y el meta visitante evitaron el gol. Álex Gallar, en la segunda mitad, fue el autor del único tanto del partido. “Empieza a hacer daño, sobre todo por los jugadores. Si uno ve la semana o ve el partido… no se les puede pedir más. Solo nos falta que el balón no entren. No me excuso”, reconocía Mut al término del partido.

El Atlético Baleares está virtualmente descendido

La curda realidad del Atlético Baleares es que podría ser matemáticamente equipo de SegundaRFEF la próxima jornada. Todo pasaría si no lograse sumar ante el Ceuta y sus rivales sí cumplieran con la misión. Con toda probabilidad se llegará al fin del Baleares en la tercera división del fútbol español. Un periplo de muchas temporada donde el club mallorquín se había ganado el respeto de muchos, siendo siempre un firme candidato para luchar por el ascenso a Segunda División.

Ahora deberán empezar de cero. SegundaRFEF será la nueva categoría del Baleares y la misión no será otra que volver cuanto antes a PrimeraRFEF. El cómo se gestionará el club una vez termine la presente temporada es una incógnita. Ingo Volckman parece estar algo cansado de la oportunidades perdidas y el equipo no aprendió del curso pasado, donde salvaron la categoría de manera agónica en Logroño, en la última jornada. Seguramente habrá muchos jugadores que dejen la entidad y el Baleares tendrá que hacer una plantilla de garantías para competir en su nueva realidad.