Un Mallorca con urgencias
El Real Mallorca llega al Sánchez Pizjuán con la necesidad de dar un golpe encima de la mesa. El inicio de temporada ha sido difícil y el equipo bermellón se ha visto arrastrado hasta los últimos puestos de la clasificación . Ya no hay margen para excusas. El vestuario sabe que ha llegado la hora de reaccionar.
Los jugadores saben que lo que ocurra en Sevilla puede marcar un antes y un después. No se trata solo de sumar puntos, se trata de demostrar, de convencer a la afición de que este equipo aún tiene alma y que tiene muchas cosas que decir sobre el césped.
Arrasate recupera soldados
La mejor noticia para el Mallorca es que el técnico del equipo empieza a recuperar piezas. Jan Virgili ya se ha reincorporado al grupo, Mascarell apunta a estar disponible y Kumbulla se acerca al alta definitiva. El parón ha sentado bien en Son Bibiloni y ha supuesto un suspiro de aire fresco para el conjunto balear.
El técnico rojillo por fin ve cómo empieza a contar con más variantes , mover fichas y refrescar a los titulares en un tramo del calendario que no da respiro. En Sevilla se espera un once con piernas frescas, en un campo complicado, dónde la victoria se paga caro.
El escenario no podría ser más desafiante. El Sevilla, siempre fuerte en su estadio no regalará nada. El Mallorca tiene la oportunidad de cambiar la dinámica con un gran desplazamiento de su afición a la ciudad hispalense.
<blockquote class=»twitter-tweet»><p lang=»es» dir=»ltr»>En modo resumen: Virgili entrenamiento de activación, Mascarell está OK para Sevilla, Kumbulla en breve empezará a pisar el césped (le queda muy poco) y Asano se está recuperando bien, pero aún le quedan unas dos semanas para estar disponible.
En modo resumen: Virgili entrenamiento de activación, Mascarell está OK para Sevilla, Kumbulla en breve empezará a pisar el césped (le queda muy poco) y Asano se está recuperando bien, pero aún le quedan unas dos semanas para estar disponible.
— Juanmi Sánchez (@JUANMISB97) October 14, 2025
Un punto de inflexión
Después del Pizjuán llegan tres partidos de Liga más y el estreno en la Copa. Una victoria serviría de trampolín anímico y deportivo. Sería el mensaje que la afición espera: que este Mallorca no piensa rendirse.