Cinco jornadas han transcurrido y el Real Mallorca ya es colíder junto al Elche con 13 puntos. Tras la victoria ante el Ontinyent, el conjunto bermellón volvió a reafirmar su candidatura al campeonato del grupo tercero de la Segunda División B.

ILUSIÓN, esa es la palabra con la que se puede definir el nuevo proyecto encabezado por Vicente Moreno. El técnico valenciano ha formado un bloque sólido, basado en una gran fortaleza defensiva (tan sólo dos goles encajados en cinco partidos). De hecho, la imbatibilidad es una de las claves para tener éxito en la categoría de bronce del fútbol español.

En efecto, el Real Mallorca se ha convertido en un equipo de Segunda B. El conjunto balear se ha adaptado a la perfección a la categoría y se ajusta a cualquier situación. El ejemplo más claro lo observamos el pasado domingo, donde tal y como afirmó Moreno, el equipo se puso el mono de trabajo para defender con uñas y dientes el 0-1 durante toda la segunda mitad.

El equipo domina varios registros e interpreta de forma excelente las diferentes fases de los partidos.

Sin embargo, todavía hay muchos aspectos a mejorar y corregir. Al equipo le cuesta mucho marcar goles y necesita de numerosas ocasiones para perforar la portería contraria. Otro problema es la complejidad que presentan campos como El Clariano, con un espacio muy reducido y césped artificial que dificultan el buen juego del Mallorca.

En definitiva, todavía es pronto para lanzar campanas al vuelo y desatar la euforia. La temporada es muy larga y habrá que pasar por momentos complicados. Pero, tal y como defiende Vicente Moreno, siempre es mucho mejor aprender desde la victoria. Este es el camino a seguir, un camino que debe conducir al Real Mallorca a la Segunda División A.