En el deporte actual vivimos en una especialización constante. Cada vez más buscamos deportistas de alto rendimiento en una edad temprana lo que en algunas ocasiones desvirtúa elementos de su formación. También lo podemos aplicar al fútbol, donde buscamos un delantero con incalculables goles en categorías inferiores o extremos con innumerables asistencias a lo largo de su corta vida.

Lo mismo sucede en la portería; la búsqueda de un portero desde etapa de Escoleta. Permítanme decirles que eso es un error. La metodología se va enfocando actualmente hacia la poca especialización temprana. Algunas canteras profesionales, como el Valencia C.F. desde hace dos temporadas prueba los jugadores en diferentes posiciones incluyendo la de portero y a la inversa. Algún lector pensará que eso es fácil cuando tratas con jugadores con tanta calidad. Le diré que en cualquier club no profesional se puede realizar, al menos, hasta categoría infantil donde el resultado queda al margen de la formación de nuestros jugadores.

Me gustaría resaltar los resultados de diferentes estudios que se han realizado del síndrome de Burnout -estrés y fatiga física y emocional por el entrenamiento-  a deportistas tanto de alto rendimiento como los que no lo son. Las conclusiones son claras: aquellos deportistas con una especialización temprana en un único deporte mostraron niveles de Burnout más altos que el resto. Además, el rendimiento de aquellos deportistas muy especializados sin contacto con otros deportes es menor que la del resto de deportistas a nivel general.

Es curioso que un entrenador de porteros abogue por la no especialización temprana cuando soy el primero que trabaja específicamente con los porteros desde prebenjamines. Por eso es tan importante nuestro trabajo en las sesiones de campo. En la primera etapa formativa (prebenjamines y primer año de benjamines) los entrenamientos específicos deben ser orientados a la percepción del campo, la orientación del cuerpo y, sobre todo, la diversión de nuestros porteros. Debe haber poco trabajo específico y el que haya debe ser lúdico. Por poner un ejemplo, es fatídico malgastar mil repeticiones de blocajes frontales en porteros de primera etapa cuando la mano del portero crecerá y la técnica variará.

Por tanto, dejen probar a los jugadores en diferentes posiciones, incluso en diferentes deportes. Su rendimiento y sobre todo su diversión aumentarán. Si llegan o no llegan a ser profesionales es, paradójicamente, lo menos importante.