La Copa del Rey con este nuevo formato, a partido único y en casa del rival de menor categoría, multiplica las posibilidades de los equipos más humildes de superar rondas, igualando fuerzas ante rivales de mayor entidad, lo que abre la puerta a que se produzcan sorpresas que, sin duda, enriquecen la competición. El Atlético Baleares está teniendo un paso memorable en esta Copa. Pasó la primera ronda frente al Calahorra en los penaltis, tras el empate que logró Xavi Ginard en el último minuto, tirando de la épica del portero que se suma al ataque a la desesperada.

En la segunda ronda, en casa y frente a un rival de Primera División, el Getafe, los balearicos borraron del campo al equipo madrileño, endosándoles cinco goles. Partido que, sin duda, pasa a formar parte de la historia del club de la Vía de Cintura. La imagen del portero goleador y, sobre todo, la escandalosa goleada al Getafe, han colocado al ATB en el foco mediático, ganándose un lugar durante las últimas semanas en la prensa nacional, en las tertulias televisivas y en las redes sociales.

Estar fuera de las dos primeras categorías del fútbol profesional hace complicado que el club pueda crecer sustancialmente en masa social, ya que hay poco espacio en los medios para la tercera categoría del futbol español. Mientras la propiedad se mantiene en su empeño de dar el salto más pronto que tarde a la LFP, esta Copa está permitiendo al club ganar notoriedad, aumentando el interés que despierta el Atlético Baleares y facilitando que se pueda atraer a nuevos seguidores.

Sería ideal que la repercusión que el club está logrando en este torneo tenga continuidad con un ascenso a la LFP a final de temporada, y aprovechar el tirón de la Copa para consolidar al club tanto deportivamente como socialmente un escalón más arriba. Yo lo dejo anotado, sirva como mi deseo para la carta a los Reyes Magos.