Está clarísimo que sin la figura de Fernando Roig, presidente del club, los “groguets” no hubiesen llegado en esta liga como lo han hecho, es más, no se hubiera conseguido ni ascender. Pero después del ascenso, el presidente inyectó una dosis de dinero considerable para evitar errores como los del pasado y poco a poco hacerse grandes.
Aunque es pronto para hacer previsiones, lo cierto es que con las nuevas incorporaciones, Asenjo, Pina, Gio…, la resurrección de Cani, o sorpresas, como la de Manu Trigueros o Aquino, han sido claves para que el Villarreal crea en poder conseguir algo más que la permanencia esta campaña. Tampoco deberíamos quitar mérito al míster. Marcelino, que ya ha demostrado ser un muy buen entrenador con varios equipos, es una bendición para cualquier espectador, que en ninguno de los partidos podrá quejarse de aburrimiento.
Pero lo mejor de todo es que esto acaba de empezar, y seguro que veremos otros 30 partidazos de este equipo que está llamado a ser un candidato serio a los puestos europeos. Aún así, si el objetivo no se consiguiese, no sería un fracaso, en mi opinión. Es un equipo joven y completamente nuevo, con lo que su construcción está aún en proceso.