El Real Mallorca afronta este próximo domingo su partido de vuelta de la primera eliminatoria de los play-off de ascenso ante el Albacete Balompié. El conjunto dirigido por Vicente Moreno visitará el Carlos Belmonte con la consigna colectiva de defender la renta con la que salió del primer enfrentamiento y siendo consciente de que con un 2-0 favorable, la barrera psicológica más importante a batir en tierras manchegas será la de conseguir anotar, hecho que obligaría a los locales a tener que sumar cuatro dianas en su casillero, siempre que los bermellones no vieran puerta una segunda o tercera vez.
Pase lo que pase al término de los 90 minutos, Albacete será un infierno. Al Mallorca le va a tocar lidiar con un semental tocado, pero que aún vive y vivirá aún más si la previsible salida en tromba desde los vestuarios al tapete verdiblanco se refleja en un tempranero gol que aliviaría la gran herida mental que lleva arrastrando el conjunto de Lluís Miguel Ramis desde el pasado jueves. Anestesiar al queso mecánico en los primeros compases será un factor muy a tener en cuenta si de verdad este Mallorca quiere medirse al Deportivo de la Coruña en la última de las batallas campales por volver a la élite del balompié castellano.
Vicente Moreno, el orador arquitecto de esta obra magna, ha hablado de «estar a la altura», y las circunstancias no pueden rimar mejor con los términos literales empleados por el técnico valenciano. Lejos de casa y sumergidos en un inusual ambiente que hará que las piernas pesen desde el pitido inicial, con eso y mucho más tendrá que intentar colear este Mallorca, el cual viene demostrando tanto en esta temporada como en anteriores que se le da bien aguantar la presión de los contextos más difíciles a la par que administrar ventajas en eliminatorias a doble partido.
Pónganse cómodos y respiren hondo, porque todo lo que no sean taquicardias de hora y media pasará a ser catalogado como milagro en su máxima expresión. Un partido de alturas, en el que la gloria está sólo a 90 minutos de batalla. Golpear al enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando está seguro en todas partes. Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Tres célebres oraciones extraídas de El Arte de la Guerra, libro sobre tácticas y estrategias escrito por el mismísimo Sun Tzu, carismático e histórico general chino en el que Daniel Rodríguez y diez más deberán enfundar sus espíritus durante, por lo menos, un partido más.