Cada jornada que pasa el Mallorca tiene más y más cerca el objetivo principal de la temporada: la permanencia. Esta jornada tiene una oportunidad de oro para sellarla de forma definitiva y ante un rival de muchísimo nivel como es el Athletic. El Mallorca llegaba en una buena racha de cuatro partidos sin perder, aunque esta terminó en el Civitas, con una derrota previsible ante el Atlético, en la que Aguirre dio descanso a los más habituales. Eso sí, fue un partido competido y los bermellones fueron con todo hasta el tercer gol de Carrasco, que dejó el encuentro visto para sentencia.

Ahora toca dejar a un lado este pequeño bache y volver a la senda del triunfo. Ganar sería una alegría enorme para la afición mallorquinista, ya que se lograría sellar de forma casi definitiva la permanencia. Pero estos tres puntos pueden ser el comienzo de algo mucho más grande: Europa.

Por supuesto para abrir las puertas de las competiciones europeas siempre supone tumbar a gigantes. Y el Athletic es el primer coloso a batir para poder empezar a soñar con algo que nadie imaginaba a comienzos de este año.

Una derrota en los últimos cinco partidos coloca al Athletic en la misma racha que el equipo de Aguirre. La jornada intersemanal no sentó bien a los leones, quienes marcan los posibles puestos europeos con 46 puntos. La séptima plaza daría derecho a participar en la Conference League, eso sí, todo depende de lo que ocurra en la final de copa. Una victoria del Madrid ante Osasuna el próximo día 6 daría el pistoletazo de salida para pelear por ese puesto europeo. 

Va a ser un partido más que disputado, los de Valverde saben que tienen que defender con uñas y dientes esa plaza y la derrota contra el Sevilla dolió mucho. Perder en Son Moix es añadir otro rival a la ecuación y complicaría mucho sus aspiraciones europeas, a pesar de contar con varios puntos de ventaja.

Los argumentos a favor del Mallorca son Kang In Lee, que se encuentra en una forma más que envidiable, y Muriqi, quien a pesar de llevar unas jornadas en el dique seco, es siempre una amenaza. Toca demostrar la ambición de la plantilla, ver de qué son capaces y dejar claro que el proyecto quiere ir a más. La permanencia es el objetivo, todos lo sabemos, y será un éxito conseguirlo, pero Europa es el sueño.