De esta manera se cierra uno de los capítulos más amargos del mallorquinismo. La salida de la presidencia de un Biel Cerdà que se ha ganado a pulso la enemistad con todos los sectores del club bermellón, es la primera gran alegría de la afición mallorquinista, que pedía a gritos su dimisión.
Tras la destitución de Cerdà, coge las riendas de la presidencia Utz Claassen, que pasa a ser el primer extranjero en acceder a la presidencia del maltrecho Club mallorquín.
Ahora esta por ver si vuelve la estabilidad a la zona noble de Son Moix, que lleva varias temporadas con continuas batallas internas que han dañado gravemente la imagen del Real Mallorca.
Claassen asume que con «honor» la presidencial del Club y admite que se equivocó con sus declaraciones de la manifestación donde el mallorquinismo pedía la dimisión de toda la actual directiva del Club y anuncia que asistirá a todos los partidos del Real Mallorca como figura representativa del Club.
Guillermo Amengual