Dicen que lo bueno se hace esperar. En el Mallorca, por lo menos, así ha sido. A menos de una semana para que cierre el mercado, por fin ha llegado el primer extremo que tanto se reclamaba: Jan Virgili. Quizás no sea lo que esperaba el aficionado mallorquinista en junio o julio. Se trata de un jugador de 19 años que no ha debutado en Primera División, pero no cabe duda de que el chico promete. Y lo más importante: es el perfil que tanto se necesitaba y que con tanta insistencia pedía Jagoba Arrasate, un futbolista vertical y con desborde.
El Mallorca necesitaba un jugador de banda que encare y se atreva en el uno contra uno como el comer. Eso lo sabían hasta los que no ven los partidos. Y eso es exactamente lo que es Jan Virgili: un chico con personalidad y descaro. Lo demostró en el partido contra el Flamengo de la Intercontinental sub-20. Y tan solo basta con escuchar sus declaraciones en los medios del club: su ídolo es Neymar.
No son muchas las veces que el club bermellón puede acceder a este tipo de futbolistas, provenientes de Real Madrid o Barcelona. Y más, en calidad de traspasado. Si su fichaje sale bien, Virgili debería estar fuera del Mallorca en dos o tres temporadas.
El motivo de ello es que es un jugador que apunta alto, más de lo que es un club como el bermellón, siendo realistas. Pero tiene que demostrarlo, y ha llegado a la isla precisamente para ello. Con Jagoba Arrasate, que es un entrenador que le da un trato especial a este tipo de chicos jóvenes y con talento, le será más sencillo.
Lo ideal sería que un equipo de mayor talla llegue dentro de un par de temporadas y se lleve a Virgili por una cifra que deje rédito económico en las arcas de Son Moix. Mientras tanto, el Mallorca podrá disfrutar de su talento en el césped y, si cumple con las expectativas, convertir su fichaje en una operación redonda: rendimiento deportivo a corto plazo y rentabilidad futura.