
Jornada 17. Estadio Heliodoro Rodríguez López (Tenerife).
8.005 espectadores
Alineaciones:
RCD Mallorca:
Timon Wellenreuther, Aveldaño, David Costas, Joan Oriol, Company
(James, min.69) Campabadal, Javi Ros, (Acuña, min.75), Héctor
Yuste, Damià Sabater (Sissoko, min.52), Moutinho y Rolando Bianchi.
(James, min.69) Campabadal, Javi Ros, (Acuña, min.75), Héctor
Yuste, Damià Sabater (Sissoko, min.52), Moutinho y Rolando Bianchi.
Banquillo:
Cabrero, Henneböle, James, Tià Sastre, Sissoko, Acuña y Fofo.
CD Tenerife:
Dani Hernández, Vitolo, Ricardo León (Alberto, min.59), Lozano,
Suso (Jairo, min.79), Carlos Ruiz, Aurtenetxe, Abel (Cristo González,
min.46), Jorge Sáenz, Raúl Cámar y Omar.
Suso (Jairo, min.79), Carlos Ruiz, Aurtenetxe, Abel (Cristo González,
min.46), Jorge Sáenz, Raúl Cámar y Omar.
Banquillo:
Roberto, Alberto, Germán, Pedro, Martínez, Jairo y Cristo.
Arbitro: David Medié Jiménez (ComitéTerritorial Catalán).
Linieres: Jose María Ungueti y Juan José López.
Sonó el pitido final y Pep Lluís Martí y los suyos ganaron la
partida. Ganaron porque en Segunda División por poco que concedas te
meten mano. Y el Mallorca cayó torpemente en eso. Y para más inri,
le colaron los dos goles del Tenerife consecutivamente. Dos jugadas
seguidas que dejaron a los bermellones hundidos sin respuesta alguna.
partida. Ganaron porque en Segunda División por poco que concedas te
meten mano. Y el Mallorca cayó torpemente en eso. Y para más inri,
le colaron los dos goles del Tenerife consecutivamente. Dos jugadas
seguidas que dejaron a los bermellones hundidos sin respuesta alguna.
Sin embargo, el equipo mallorquín realizó el mejor inicio de
partido en todo lo que lleva de temporada. Salieron como motos en el
que las embestidas eran constantes hacia el equipo chicharrero, y en
especial a sus dos laterales, Raúl Cámara y Aurtenetxe, que no
podían parar la superioridad que desprendían laterales y extremos
del Mallorca. Fue en el minuto dos cuando, al recuperar balón, Javi
Ros abre a Oriol y este centra para que Moutinho en carrera fusilara
al portero Dani Hernández. Los de Pepe Gálvez se avanzaban en un
espacio tiempo que, hasta ayer, era catalogado como los quince
minutos de cortesía. Entonces, no bajaron el motor y siguieron
insistiendo. Los de Pepe Gálvez robaban y no se lo pensaban para
buscar las contras y las espaldas de la línea de atrás local. Era
tanto la comodidad que sentía el Mallorca en esos momentos del
partido que Javi Ros, al final acabó como ya es habitual
diluyéndose, probó en tres cuartos de campo sorprender con un chut
al portero del Tenerife.
partido en todo lo que lleva de temporada. Salieron como motos en el
que las embestidas eran constantes hacia el equipo chicharrero, y en
especial a sus dos laterales, Raúl Cámara y Aurtenetxe, que no
podían parar la superioridad que desprendían laterales y extremos
del Mallorca. Fue en el minuto dos cuando, al recuperar balón, Javi
Ros abre a Oriol y este centra para que Moutinho en carrera fusilara
al portero Dani Hernández. Los de Pepe Gálvez se avanzaban en un
espacio tiempo que, hasta ayer, era catalogado como los quince
minutos de cortesía. Entonces, no bajaron el motor y siguieron
insistiendo. Los de Pepe Gálvez robaban y no se lo pensaban para
buscar las contras y las espaldas de la línea de atrás local. Era
tanto la comodidad que sentía el Mallorca en esos momentos del
partido que Javi Ros, al final acabó como ya es habitual
diluyéndose, probó en tres cuartos de campo sorprender con un chut
al portero del Tenerife.
Pepe Gálvez no paraba de corregir a sus pupilos. Las indicaciones no
paraban pero aunque el Mallorca presionaba en el centro del campo, a
la hora de montar el ataque no sorprendía notoriamente ya que no
había por ningún lado finalización en la portería del Tenerife. Y
eso se iba notando porque los locales, paulatinamente, se iba
recomponiendo del varapalo del gol. Y tuvieron algunas aisladas en la
primera mitad. La más peligrosa fue del delantero Lozano que si no
hubiera resbalado se habría encontrado mano a mano con Timon.
paraban pero aunque el Mallorca presionaba en el centro del campo, a
la hora de montar el ataque no sorprendía notoriamente ya que no
había por ningún lado finalización en la portería del Tenerife. Y
eso se iba notando porque los locales, paulatinamente, se iba
recomponiendo del varapalo del gol. Y tuvieron algunas aisladas en la
primera mitad. La más peligrosa fue del delantero Lozano que si no
hubiera resbalado se habría encontrado mano a mano con Timon.
En la segunda mitad el equipo isleño salió con el mismo ímpetu que
al principio, pero rápido se le apagó la mecha. Y es cuando
apareció en escena Cristo González. El joven canterano de dieciocho
años entró en la mitad y soltó a su equipo. Pep Lluís Martí
quitó a un mediocentro, en este caso a Abel, y Cristo se colocó por
detrás de Lozano asociándose también con Omar caído en banda
izquierda.
al principio, pero rápido se le apagó la mecha. Y es cuando
apareció en escena Cristo González. El joven canterano de dieciocho
años entró en la mitad y soltó a su equipo. Pep Lluís Martí
quitó a un mediocentro, en este caso a Abel, y Cristo se colocó por
detrás de Lozano asociándose también con Omar caído en banda
izquierda.
El Mallorca necesitaba pausa. Iba ganando y no expresaba sensación
de tranquilidad, sino que seguía más como un correcalles que
parando, jugando, y llevando los tempos del juego era clave en ese
momento. Y le pasó factura. En el minuto 64, en un repliegue
bermellón, Cristo conducía no le entró nadie y ni se lo pensó dos
veces para estrellar la pelota en la escuadra de Timon.
de tranquilidad, sino que seguía más como un correcalles que
parando, jugando, y llevando los tempos del juego era clave en ese
momento. Y le pasó factura. En el minuto 64, en un repliegue
bermellón, Cristo conducía no le entró nadie y ni se lo pensó dos
veces para estrellar la pelota en la escuadra de Timon.
El partido estaba empatado, pero el jarrón de agua fría vino justo
en la siguiente jugada cuando cayó el segundo del Tenerife. En este
caso lo metió Omar Perdomo. Los jugadores del Mallorca ni se podían
mirarse las caras los unos a otros. No se lo creían. Dos jugadas,
dos faltas de concentración te sentenciaba un partido que lo tenían
todo a su favor. El motor gripaba.
en la siguiente jugada cuando cayó el segundo del Tenerife. En este
caso lo metió Omar Perdomo. Los jugadores del Mallorca ni se podían
mirarse las caras los unos a otros. No se lo creían. Dos jugadas,
dos faltas de concentración te sentenciaba un partido que lo tenían
todo a su favor. El motor gripaba.
Los últimos compases del juego, el Mallorca tuvo alguna aislada,
como el córner rematado de Héctor Yuste o la jugada que
participaron dos jugadores reservas, James y Acuña, en el que este
último, que volvía a saltar a un terreno de juego, disparó en el
área pero se encontró con los dos centrales del Tenerife que
blocaron el disparo. Después ya quedaron en agua de borrajas las
faltas colgadas sin ningún provecho.
como el córner rematado de Héctor Yuste o la jugada que
participaron dos jugadores reservas, James y Acuña, en el que este
último, que volvía a saltar a un terreno de juego, disparó en el
área pero se encontró con los dos centrales del Tenerife que
blocaron el disparo. Después ya quedaron en agua de borrajas las
faltas colgadas sin ningún provecho.
Perdió la partida Pepe Gálvez. Su primera derrota como entrenador
rojillo con un equipo que aún no ha alcanzado su primera victoria
como visitante. Un entrenador que el sábado será una final para él
por el margen de tres partidos concedidos por el máximo accionista
Utz Claassen. Pero que, por encima de todo, será también la final
para un equipo que actualmente con muy poco le hacen mucho daño.
rojillo con un equipo que aún no ha alcanzado su primera victoria
como visitante. Un entrenador que el sábado será una final para él
por el margen de tres partidos concedidos por el máximo accionista
Utz Claassen. Pero que, por encima de todo, será también la final
para un equipo que actualmente con muy poco le hacen mucho daño.