La llegada de Marash Kumbulla al Mallorca supone un refuerzo clave para el equipo. El central albanés, cedido por la Roma tras su buen rendimiento en el Espanyol, aterriza en Son Moix con una opción de compra de 6 millones más 2 en variables que convierte la operación en una apuesta estratégica de presente y futuro.
Su fichaje responde en primer lugar a la necesidad de competencia interna. Raíllo y Valjent han sido durante años una pareja sólida y fiable, pero también necesitaban a alguien que les empujara a mantener el nivel y evitara la tentación de acomodarse. Con Kumbulla, ambos tendrán que seguir demostrando cada semana que merecen el puesto.
En el plano táctico, Jagoba Arrasate gana una pieza muy valiosa. El técnico apostó en varios encuentros de la pasada temporada por una línea de tres centrales con dos carrileros, sobre todo a domicilio. Con la incorporación del albanés, esa variante se refuerza con un zaguero contrastado. Además, Kumbulla puede desenvolverse como pivote defensivo, una alternativa importante si se confirma la salida de Samú Costa.
El fichaje también mira al medio plazo. Antonio Raíllo, capitán y líder indiscutible de la zaga, cumplirá 34 años en octubre. Aunque continúa rindiendo a gran nivel, el paso del tiempo obliga al club a pensar en un relevo. Kumbulla encaja en ese papel de sustituto natural y podría convertirse en la nueva referencia defensiva del Mallorca en los próximos años.
La incorporación del central albanés combina presente y futuro. Ofrece competencia inmediata, opciones tácticas adicionales y un posible relevo generacional para el capitán. Si cumple con las expectativas, el Mallorca podría haber encontrado a su nuevo líder en defensa, del mismo modo que lo ha sido Raíllo durante la última década.