Diría que todo aficionado al RCD Mallorca hubiera firmado a principio de temporada llegar a mitad de marzo con la friolera de 40 puntos. Este contexto, que en realidad parece utópico, puede hacerse realidad el próximo sábado. Tras enlazar cinco jornadas seguidas sin perder –cuatro empates y una victoria-, el equipo bermellón recibirá al Espanyol en Son Moix. Los de Jagoba Arrasate podrían rozar la permanencia sumando una nueva victoria, pero no solo eso: lograr el triunfo significaría ‘desprenderse’ del miedo al descenso y soñar a lo grande. Ese sueño, claramente, tiene que ver con competiciones europeas. Y es que, si el Mallorca es capaz de ganar al Espanyol, las opciones de luchar hasta el final por terminar entre los ocho primeros aumentan de manera considerada.

Hace no mucho, en este mismo medio, se afirmó que ganando los cinco partidos que tiene el Mallorca en Son Moix hasta que termine la temporada, el equipo logrará clasificarse para Europa. Y nada más lejos de la realidad. Si en temporadas atrás, el ‘efecto’ Son Moix ha servido para amarrar permanencias, en esta ocasión debe ayudar para dar un paso más. Primero tocará superar al Espanyol y, después de un parón que podría ser muy plácido de irse a él con 40 puntos, tocará recibir a Celta de Vigo, Leganés, Valladolid y Getafe. Un calendario apetecible que contrasta con los enfrentamientos de fuera de la isla, pero que auguran una recompensa muy tentadora.

 
 
 
 
 
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El Mallorca acaricia la salvación, y sueña a lo grande

«Empatar en San Mamés siempre es un buen resultado. Intentaremos llegar con 40 al parón. Si ganamos la semana que viene tenemos más puntos que en la primera vuelta contra los mismos rivales. Es normal tener una mala racha. Llevamos cinco partidos sumando y haciendo partidos meritorios como el de hoy, sabiendo que en la segunda vuelta teníamos y tendremos partidos complicados lejos de casa«, destacaba Jagoba Arrasate tras empatar 1-1 en San Mamés. El técnico vasco tiene con la yema de los dedos la permanencia del Mallorca una temporada más en Primera División. La realidad es que, salvo hecatombe mayúscula, los bermellones tendrán un final plácido en ese sentido. Acariciar la salvación a mediados de marzo es una sensación pocas veces vistas en Son Moix.

Mientras que la Champions League, y contradiciendo a Takuma Asano, es algo realmente complejo; el Mallorca sí tiene la capacidad de luchar por la Europa League o la Conference League. Se podrá debatir si es el momento idóneo para que el club de un paso más, o si vale la pena en términos deportivos. La cruda realidad dice que el Mallorca no debería aspirar a algo tan importante como eso, que su ‘techo’ es mantenerse en Primera. Pero soñar a lo grande, aunque sea de manera efímera, es algo que el aficionado necesita.

Mallorca
Antonio Raíllo, en San Mamés (Foto: RCD Mallorca).